viernes, 12 de febrero de 2010

La prostitucion en la av. Valerio

LA PROSTITUCION EN LA AV. VALERIO

Sábado 8:30 de la noche, rumbo a la Ave. Valerio, esquina famosa por las mujeres que se dedican a la obtención del dinero fácil o, como dicen muchos, a la vida alegre. Había varias mujeres en cada esquina en espera de sus clientes.
Visualicé el contorno desde una esquina del parque Valerio, al frente estaban ellas, vestidas de una manera extravagante, unas con minifaldas, tacones altos, blusas escotadas que dejaban al descubierto parte del estómago; otras con pantalones cortos y largos, los famosos pantalones chicles ajustados. Así como la ropa, el maquillaje también es bastante llamativo, sus labios eran rojos como la sangre. Su manera de caminar sensual, moviendo las caderas.
No solamente las jovencitas se dedican a esta labor, también vi a una mujer más o menos de 48 años en esta área vestida con un pantalón corto, blusa sexy y unas botas. De espalda parecía una teeneger pero de frente la realidad era otra.
Las personas que pasaban por ahí me miraban de una manera extraña, a lo mejor pensaban que yo era una de ellas. Un señor se desmontó de su auto y me miró disimuladamente, me pasó por el lado y en forma de asombro siguió su camino hacia la farmacia que estaba más adelante. Como ya me estaba sintiendo incómoda, decidí cruzar la calle para concluir esta información, llegue hacia donde estaban algunas de ellas, escuché a una decirle a la otra: -La cosa parece que esta floja, dónde estarán esos imbéciles que no llegan.
Me dirigí hacia el cajero disimulando que iba hacer una transacción. Otra dijo: -Ahorita había una chica nueva queriendo quitarnos la poca clientela que tenemos, de inmediato hice que se fuera para otro lado, expresó la joven. Tenían una cara bastante preocupante por la situación crítica que se tornaba en ese momento.
Unas fumaban tranquilamente, otras caminaban desesperadas de esquina a esquina porque realmente había poca movida. Por fin, un carro se paró frente a una de ellas, no logré ver quien estaba dentro porque tenía los cristales ahumados, la chica se montó alegremente.
El lugar lucía con poca iluminación, el parque, el cual si estaba bien iluminado, estaba cerrado, porque ya no le permiten la entrada como antes, ya que algunas de ellas hacían sus citas románticas dentro de esta área verde.
Ellas son mujeres que de alguna u otra manera tienen que sobrevivir para darles de comer a sus hijos. Además son personas que a lo mejor no tuvieron una buena niñez o unos padres que las instruyeran por el buen camino.

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